sábado, 7 de abril de 2007
CEBADO DE MOYA
El personaje que hoy nos ocupa no es otro que un hombretón pelirrojo con idem mostacho a la sombra de una boquita de piñón. Hará unos veinte años que se compró las gafas que lleva de metal gris y cristal marroncillo. ay! y qué panzota más majota tiene (y es que con él, para describirlo hay que terminar siempre en "jote" o "jota"), con su camisote de rayas hoy rosas y sus pantalonzotes marrones...Pero vayamos por partes, porque mira que además es antipaticote el tío y es por ese motivo que hoy vamos a ponerlo en su sitio. Y es que tiene un pelo de esos bufado, en los que puedes hundir la mano y ocultar los dedos,cual trinchera. Una ondulada masa homogénea de cabello casi artificial, grueso como los de las muñecas pero sin brillo. Nada de brillo.Lo cierto es que el tiempo lo ha desteñido y ya no es rojo, si no color pastilla de avecrem, muy parecido a esos bigotes de viejo que se amarillean. Están todos los pelajos (aquí es conveniente acabar en "ajos")tan juntitos y hay tal cantidad que bien pudieran ser un casco y quitarse y ponerse como tal. Y al sustraérselo de la sesera bien pueda usarse como alfombrilla para la puerta donde en lugar de "Bienvenidos" diga: "Bienjodidos". Si amigos, porque nuestro hombretote cebado no sólo lo está de moya sin de mala leche. Os juro que aún no lo he visto sonreír, bueno sí, quizá para ponerte en evidencia o en duda, pero apenas una sonrisita leve bien tapada por el mostacho de borracho que tiene. Y no sé si bebe o no, pero comer lo debe hacer un cerdo de bellota y será por eso o por todo, que le encanta dar malas noticias. Lo veo, lo veo, desde mi asiento lo observo mientras habla con la pobre gente que confusa a él acude. Y le veo diciendo que no con la cabeza, apretando la boquichuela, engordándosele los mofletes y la papada, con tanta satisfacción como si se hubiera zampado 6 hamburguesas. del mismo modo y como trabajamos en cadena y las suyas son las últimas manos por las que pasa, le veo mirar su pantallita con ojos de topo despierto a ver que fallo encuentra. Oh si amigos! nuestro Sancho Panza no tiene reparos en llamarte la atención delante de todos, ser el centro de la oficinita, aunque lleve el móvil en la cintura cual pistolero mejicano. Pero auqnue no lo parezca no le va el oeste, ni los desiertos de almería, ni los forasteros (oh! eso por supuesto que no)Lo que le gusta es la ciencia ficción. Ese tipo de teorías donde Jesús viene de una galaxia muy lejana montado en un caballo llamado Troya. Personalmente no tengo nada en contra de esto, incluso me gusta pensar que pudo ser así. Es sólo que con ése libro en la mesa lo sospecho aún más estúpido, sentado en su sofazote rojo, en su salón de cortinas de terciopelo verde a la luz de una lámpara acampanada cuyo interruptor es una cadenita, inmerso en otro mundo que no sea este mientras su masoca mujerzota le pregunta una y otra vez qué quiere cenar, qué quiere ver, qué quiere que le planche sin que éste responda nada, excepto cuando se trate de comer.
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